OBSESIONES

Newton desarrolló obsesión por las pelotas de todo tipo. Todo empezó por el entusiasmo típico de un cachorro ante el juego de perseguir la pelotita, pero llegó a no poder controlar el juego y su obsesión por alcanzar cualquier pelota desoyendo la voz del dueño, hizo que no le pudiera soltar en parques normales donde nunca faltan niños y mayores que estén jugando con una pelota.

OTTO no controlaba su instinto de caza/persecución ante las bicicletas o motos. El peligro de esa actitud costó más de un disgusto a la familia y a los ciclistas/moteros que se cruzaban en su camino.

 

 

Lexter poseía literalmente objetos que consideraba de valor: zapatos, bolsas de la compra, jugetes. De un apacible y cariñoso Dr. Jekyll, pasaba a un furioso y agresivo Mr.Hyde en cuestión de segundos.

Versión para imprimir | Mapa del sitio
© Paula Paz

Página web creada con IONOS Mi Web.