Al igual que en el ser humano, el miedo, las fobias o las ansiedades, limitan, agarrotan y coartan, llegando a generar un estado de stress dificil o imposible de manejar.
El ejemplo más cercano lo tenemos en Diciembre-Enero. La mayoría de los perros sienten miedo ante los petardos de la época navideña y vemos cómo bravucones hechos y derechos, salen despavoridos huyendo ante este sonido tan potente que destroza sus nervios.
Es imprescindible contar con un buen profesional en éste campo, porque la buena intención y el amor ayuda, pero no basta... y suele agravar la situación.
Son tratamientos lentos que suelen durar meses y que necesitan una continuidad con las pautas por parte del dueño, para no volver nunca más a la zona OSCURA donde se encontraba su mente.
Hay que conocer el idioma canino para ir leyendo cada gesto, cada mirada.
Cualquier error por impaciencia, frustración o desconocimiento, serán retrocesos.
Con los MIEDOS Y FOBIAS sólo la EDUCACIÓN EN POSITIVO obtiene resultados, porque la psicología será la protagonista absoluta para conducir a la estabilidad.
En la mayoría de los casos es necesario desensibilizar al perro respecto al sonido que le produce el temor, o socializarlo con aquello que le asusta (perros o personas) aumentando su autoestima para ayudarle a vencer el pánico.
También hay que afianzar el liderazgo de su dueño o dueña para que el animal confíe en que el humano le librará de ese peligro, o diseñarle una estructura de convivencia con reglas que le calmen y ayuden.
La solución del problema es distinta para cada perro ya que NO hay dos miedos iguales, como NO hay dos fobias mellizas o dos personalidades calcadas...pero...siempre serán necesarias la paciencia, la delicadeza, la confianza y la continuidad.
MIEDO A TODO
En algunos perros adoptados, nos encontramos con miedos cuya procedencia no pueden explicarnos. Se piensa rápidamente en el maltrato, pero muy posiblemente tenga más que ver con una total falta de socialización al haber crecido en un ambiente pobre en diferentes tipos de sonidos, animales o personas.
RONY, un resuelto, cariñoso y juguetón bodeguero, procedente de algún campo andaluz, no hacía presagiar que fuera a tener ningún problema...hasta que fué adoptado y tuvo que enfrentarse a vivir en un entorno urbano.
Aunque su destino era una zona tranquila y a escasos 200m de un parque, no podía dejar de orinarse y temblar con la sóla visión de la correa por el profundo pánico que sentía cada vez que tenía que bajar a la calle.
Cualquier ruido que sonara (persiana, ascensor, tráfico...), cualquier objeto en el camino (cubo de basura, moto en la calzada...)cualquier persona que se cruzara (hombre, mujer o niño), eran obstáculos insalvables.
Hoy en dia, vuelve a ser ese resuelto, cariñoso y juguetón bodeguero que adora salir a la calle como cualquier otro perro.
Se puede pasar del pánico a disfrutar de un sano equilibrio mental.
MIEDO A LA MULTITUD Y OTROS RUIDOS
Marilyn, una Pequinesa, no encuentra mejor sitio para esconderse que el revistero de debajo de la mesa. Determinados timbres y sonidos así como la muchedumbre, la producen un profundo pánico.
La pena o compasión que podamos sentir en esos momentos por nuestro animal, es el más nefasto de los sentimientos para ayudarle a salir del profundo pozo en el que se sumergen.
Hoy en día puede pasearse por la Plaza Mayor o Sol sin ninguna pega.
ANSIEDAD POR SEPARACIÓN:
Se caracteriza por una ansiedad que sufre el animal ante la ausencia del dueño/a o familia que él interpreta como abandono.
No sabe que volverán.
Se desespera pensando que lo han dejado allí para siempre.
Esa angustia hace que vocalice con llantos y ladridos o rompa con las patas los márgenes de la puerta, intentando salir de su encierro.
MIEDO A LOS PETARDOS
Corsario no volvía a ser el mismo desde las últimas Navidades.
Los petardos le habían asustado tanto que el pánico le impedía salir del portal si ya había oscurecido.
El síntoma además no mejoraba con el tiempo, lo que desesperaba a dueños y perro.
Después de unas sesiones para aumentar la autoestima y desensibilizarle a ruidos fuertes, hoy ha vuelto a ser un perro normal, seguro de si mismo, confiado y juguetón.