Si el dueño/a no sabe enseñarle bien a Acudir a la llamada, se producirán constantes "desobediencias" y si además existe temor por posibles escapadas, nos encontraremos un perro obligado a estar perpétuamente atado con correa, sin posibilidad de juego libre con sus congéneres o con los elementos tan "excitantes" que su olfato le proporciona.
La socialización de un cachorro o el equilibrio de un perro adulto pasa por establecer relaciones libres de la presencia/protección del dueño a 1 escaso metro, pero...¿obedecerá cuando se le llame?.
Se trata de facilitar primero al dueño/a herramientas e información, después establecer pautas de conducta cuando va suelto y cuando se le llama, aumentando no sólo su obediencia sino la relación entre ambos.
Es un error muy común llamarle sólo para ponerle la correa, porque aprenderá rápido que acudir a la llamada es el final de la diversión.
También hay que llamarle para jugar con él o darle un premio por haber acudido.